domingo, 15 de septiembre de 2019

JUAN EDUARDO FARÍAS VERA (23/5/1938-24/7/2019) Una vida excepcional.

   
     Juan Luis Farías fue un personaje ficticio de la Novela chilena Isla Paraíso del Canal Mega, interpretado por el actor iquiqueño Fernando Godoy, su atributo principal fue ser humilde y servicial. 
     
Juan Eduardo Farías Vera (QEPD 1938-2019) veía esta teleserie en Antofagasta y fue un ser leal y un buen hombre. Hermano de la vecina María Farías de Los Cipreses; desde 1972 visitaba a sus sobrinos y cuñado junto a sus hermanas y más de alguna vez tuvo que venir a altas horas por algún problema de salud a Los Pimientos. 

     Juanito, como le decían algunos, vivía su propia teleserie y merece que le hagan  una biografía donde se plasme toda su bondad y respeto por las personas y especialmente su vida sin parangón.

  Él era muy creyente y practicaba la máxima de "poner la otra mejilla" que es lo que lo identifica mejor. Mientras no tuvo cáncer trató de ir a La Tirana a agradecerle a la Vírgen por su madre Matilde.
 A sus 82 años y en el centro de diálisis donde concurría día por medio sufrió severo accidente cerebro vascular que le impidió terminar su tratamiento y fue derivado a UCI donde luego de tres días falleció, no sin darle batalla campal a "la pela".
 Este también nortino, pampino salitrero (en la familia le llamaban "Juan Salitre", para diferenciarlo del otro primo del mismo nombre y nacido en Chuquicamata  "Juan Cobre") sufrió desde joven las inclemencias de la salud y carencias económicas. Fue el doceavo hermano. 
   Hijo de obrero, Jilberto, era "palero", además de un líder gremial y su madre dueña de casa. Su padre era sastre, zapatero, peluquero, porque en esos años no habían las comodidades de hogaño.
   Sus padres Jilberto Farías Almeida (1902-1974) y Matilde Vera Morales (1901-1979) tuvieron 14 hijos: 10 nacieron vivos y 4 pérdidas De los vivos: Gilberto, Rubi, Erna, Lía, Gloria, Juvenal, Marcial, Juan, Hilda y María sólo 5 vivieron más de 20 años. Las pestes en la pampa como el tifus mermaban a las familias. Fue el antepenúltimo de sus 5 hermanos viables. Los restos de sus hermanos fenecidos se encuentran repartidos en varios cementerios salitreros y el de Chuquicamata. Para el primero de Noviembre y mientras estuvo sano, fue siempre a dejarle flores y su hermana Lía y Gloria hacían coronas especiales, costumbre de esta zona minera.
  Juanito con duros años de estudio y sacrifico se convirtió en el sostén de sus padres y hermanas y pudo ayudar a cuanta familia o conocidos se lo pedían y sin esperar retribución alguna. Fue un gran supervisor eléctrico en "chuqui".
 
Quienes le conocieron sabrán que fue un hombre excepcional, no fue bebedor ni fumador, no fue un vividor que dejara sembrados hijos por doquier, no dejó señoras abandonadas, y, sobre todo, nunca trató mal a nadie ni le levanto calumnia o injuria; en fin un ejemplo real a seguir, para tanto individuo choro y mal hablado. Comentó una vez que en su trabajo en "la compañía" fumó tres meses aprox. y que un día se vio sin cigarros y le pidió uno a un subalterno y se sintió muy mal, de ahí no le hizo al "pucho" más, sobre todo por acordarse de su padre muerto por cáncer de próstata.
   No se casó nunca, un hombre inteligente dirán algunos. Su primera polola en Vergara fue Axiomalda Gutierrez y la última una hermana de un colega de eléctrico mina de Chuquicamata. Fue chiquito de porte pero de una estatura moral que muchos quisieran. Para quienes convivieron con él concordarán que fue una dicha haberle conocido.
    Desde adolescente padeció de los riñones por su mala nutrición y el agua con arsénico de la pampa salitrera. Se le descubrió cáncer renal y luego de vejiga en 2016. Nunca quiso irse a Fonasa y siempre leal a su Isapre que le descontaba bastante de su jubilación.
    El día anterior a su fallecimiento  desayunó su infaltable empanada de pino, almorzó comida china (día que descansaba su hermana de cocinar), vio los partidos del Canal del Fútbol, pasando rabia con su equipo favorito Cobreloa, de quien fue socio activo cuando trabajó en Chuquicamata, aunque comentó que fue antes de Colo Colo dado que su padre era muy fanático e incluso compró un asiento en el Estadio Pedreros.
     
A varios familiares y conocidos despidió de este mundo, su sobrina Rosa Rivera, su primo Juan Farías Tolmo, su sobrino Tito, la lista es larga, visitó a casi todos los parientes que estaban hospitalizados como Amador, Pablo o Gilberto. Nunca dejó de llamar a los que estaban de cumpleaños, era una agenda andante. Un buen fisonomista que no olvidaba los nombres o caras de sus vecinos, compañeros de estudio o trabajo.
    Su hermana Lía fue su mejor amiga y asesora en finanzas. Ella le dio la idea de comprar propiedades para arriendo para pasar una buena vejez.... Con los años se dio cuenta que fueron un dolor de cabeza y causal de problemas familiares.
    Su infancia fue muy dura por la pobreza y por las normas dadas estrictamente por su padre. Ellos se casaron y vivieron sus primeros años en Chuquicamata, su madre de Sierra Gorda y su padre de Tierra Amarilla. Su padre trabajó para los "gringos" y un día peleó a combos por lo que fue desafectado y partió a Coya Sur donde estuvieron muy poco tiempo. Por la falta de empleo emigraron a María Elena, donde nació Juan Eduardo. Muy pequeño Juanito formó parte del Cuadro Blanco (conducido por el "poroto" Álvarez) grupo de artes circenses donde Juanito era el más chiquito y se subía sobre los hombros de sus compañeros para formar una pirámide humana; además acá cantó por primera vez en público en la obra "los cocineros". Su padre entretanto trabajó como Palero en María Elena y contrajo silicosis. 
     En 1951 la silicosis de su padre sobrepasó los limites permitidos y fue trasladado como gruero a la Oficina José Francisco Vergara (cuya plaza se encuentra actualmente en las dependencias de La Universidad De Antofagasta y es monumento nacional) donde permanecieron hasta que le dieron "el sobre azul" por enfermedad profesional, trasladándose a Calama en 1961 y habitado un terreno de la Población O'Higgins que le diera su hermana Hilda Farías.
   Juan Eduardo ya en la Oficina Vergara estudio la primaria en la Escuela Pedro Aguirre Cerda siendo un excelente alumno. A la edad de 13 años postuló a una beca para estudiar en la Escuela de Minas de Antofagasta, beca que ganó y permaneció 8 años estudiando. La carrera duraba 7 pero Juan Eduardo encontrándose haciendo el Servicio Militar como "aspirante" en el Regimiento Exploradores, no tuvo permiso para presentarse para dar el bachillerato para pasar de cuarto año común a quinto año especialización técnica, lo que le valió perder la beca de estudios. Su hermana Lía lo apoyó medio año hasta que consiguió, mediante apelación y buenas notas, recuperar la beca de estudios.
    Juanito en Antofagasta partió junto a su hermana María que se recibió como profesora y  egresó de la Escuela Normal, quedando sus hermanas Lía y Gloria con sus padres; antes ya su hermano Juvenal a la edad de 16 años fue echado por su padre de la casa “por llevarle la contra”. Con su único hermano varón compartió muchas travesuras y castigos, quizás el más recordado era quedar clavado mirando a la pared detrás de una puerta hasta que llegara su papá. Vendieron empanadas, pan amasado, dulces, lustraron zapatos, pero, a diferencia de su hermano, le costaba mucho hacer las pegas por su estatura y reserva.
    Gracias a la insistencia de su profesor de primaria Benjamín Guerrero pudo dar las pruebas para ser becado, su padre no confiaba en esto de "los estudios".  Sufrió dos fracturas en el brazo izquierdo y lo molestaban en su casa porque no servía para "tirar pala".
   Ya en Antofagasta como estudiante de la Escuela de Minas (posterior Universidad Técnica y hoy Universidad de Antofagasta) se especializó en electricidad, radio, televisión y telefonía; también formó  parte de un grupo musical donde los veranos e inviernos tocaba en Tocopilla para ganarse unos pesos. Tocaba la acordeón y guitarra, pasión que heredó de sus padres. 
    Al egresar de técnico electricista de la Escuela de Minas con sus compañeros hicieron una gira de estudios a Bolivia donde compró la colección de Discos 33rpm. de sus ídolos "Los Panchos". Contaba que por apuro económico la vendió. 
   Al buscar trabajo se enferma de sus primeros cálculos renales donde hizo un tratamiento ambulatorio, pagado por su tía Hilda Farías.
    Ingresó a Codelco en 1965 como operario de teléfonos. Contaba que algunas señoras muy encopetadas de Chuqui le hacían poner diarios en el suelo para que no les ensuciara el piso.   Perteneció a la Compañía 29 años, le falto poco para recibir el reloj de oro ya que se jubiló anticipado en 1994. Trabajo en labores sociales gratuitas en el tiempo de Salvador Allende y donde estuvo mejor económicamente fue en el gobierno de Augusto Pinochet. Gracias a su afición por el Palitroque y Ping Pong conoció Chile en delegaciones de Chuquicamata. Contaba con orgullo que su tío Raúl Farías tenía el record en palitroque que nunca fue superado. En 1975 desaparecen las Escuelas de Mina por el régimen militar, Juan Eduardo tuvo que revalidar su título, para la cual la Compañía pagó el postgrado de ingeniero recibiéndose en 1976. 
 
 Perteneció a Ansco. En 1990 viajó a Estados Unidos a Milwaukee acompañado de un grupo de colegas trabajadores. Su mejor amigo y colega fue don Emilio Salcedo hasta que en 1986 éste su fue a radicar a México, se volvió a encontrar con él en 2016 en Santiago y tuvo imborrables momentos.
   Una vez fallecidos sus padres vivió con sus hermanas mayores, quienes lo cuidaban como “hueso santo”. Su hermana Lía cocinaba y su hermana Gloria planchaba y aseo. Todo quien fuera a visitarlo en Calama cuando descansaba de los turnos de noche no podía meter ruido y desconectaban el timbre de la puerta. 
   Se acogió a un plan de egreso de la compañía. Se jubiló sólo con indemnización por oído derecho sordera en 25% aprox., lo demás le salió todo bien en el Hospital El Cobre de Calama.
   Se compró una cámara de video donde pudo grabar a casi toda la familia teniendo cintas exclusivas. Otra de sus pasiones fue comprar casets, quizás no originales, pero tuvo una gran colección. Destacaron siempre los boleros y valses peruanos.
   Viajó por Chile La Serena, Santiago, Arica, Rancagua, Artificio, Puerto Montt e Isla de Chiloé.
    Según calculaba tenía 17 ahijados a quienes generalmente visitaba o llamaba.
   Contaba chistes y siempre andaba de buen humor. En 2001 su hermana Gloria sufre la pérdida de uno de sus brazos por una eventual negligencia en nosocomio de Antofagasta. Desde ahí su vida cambió por completo. Aún con su hermana Lía tuvieron la misión de cuidar a Gloria juntos hasta 2008 donde, lamentablemente Lía falleció por obstrucción intestinal y descompensación. Él tuvo que cuidar a su hermana casi tres años solo y una nana que le provoco latrocinios y por ello llamó a su hermana María a Calama para que lo ayudara en 2011 dado que Gloria se complicó sufriendo  accidente cerebro vascular. Le dieron unos meses de vida, pero alcanzó a estar cinco años más.
 
 Su vida ya no fue la misma. Por cuidarla se descuidó pero siempre optimista. Con tristeza cada día vio que se recuperaba de la memoria y caminaba, eso hasta 2015 donde por una necrosis en su único pie ingresó a Hospital Regional donde falleció dos días después de su cumpleaños, incluso en el mismo hospital le hurtaron los regalos que le llevó.
   Con la familia que más compartió en Antofagasta fue con sus primos Chela y Juan Cobre, Ronald y Yoya; además de Felisa, Ana María, Juan Alonso y Emita y su cuñada Eliana y hermano Juvenal.
   
 En 2016 sufrió otra pena, su hermano se fue a vivir a Arica, otro gran pesar que le mermó la salud, máxime si habían discutido por la herencia de sus hermanas y padres, donde tuvo que darle una casa en arriendo para que la administrara. Este mismo año viajó a Santiago para  tratar de salvar el único riñón que le quedaba (el izquierdo lo perdió en 2005 en Santiago por negligencia médica), atendiéndose en la Fundación Arturo López Pérez.
  Por qué a persona buenas le pasan cosas malas, alguna vez comentó, quizás a propósito de su hermana Gloria. Si a Cristo lo crucificaron y le dieron vuelta la espalda muchos de los que ayudó...
   Juanito ya enfermo y con mucha pena siguió viviendo. Jubilado y con sus dineros mermados debido a las enfermedades de sus hermanas que las trataba en clínicas y no donde es correspondía en centro públicos. Una vez un hijo de una nana que trabajó en su casa llegó 3 semanas seguidas a pedirle dinero y hubo que llamar a los Carabineros. De tanta que gente y familia que ayudó, contados con los dedos de la mano le dieron alguna vez un buen regalo. Se alegró cuando recibió una cama eléctrica para su hermana Gloria, enviada de Santiago por sus primos Elina y Patricio. Siempre tenía en su pensamiento las visitas que hizo a Santiago y llegó a la casa de Bilbao de su tía Hilda y Juvenal Galindo.
  Los arrendatarios que tuvo fueron malos, muchos se fueron sin pagarle, familiares le daban sumas irrisorias por arriendo o le pedían quitas por estar con problemas económicos, en fin sus propiedades le dieron muchos dolores de cabeza.
    Ya hospitalizado en sus últimos años varias veces necesitó dadores de sangre y familiares le cobraron por dársela, habiéndolos ayudado, otros ni siquiera lo ayudaron poniendo carteles para buscar dadores... eso lo dejó mal, pero no se quejaba, más bien estaba resignado. Vivió sus últimos años en su casa de Eleuterio Ramírez de Antofagasta, la misma que sufrió el terremoto de 1995 y quedó agrietada, con su hermana María, cuñado pedro, sobrino Juan Antón y cuatro perritos Boni, Cepi, Pulpo y Esnupy. Ya parco y adusto, en perfectas condiciones su mente, en el tercer piso decidió radicarse, así "no molesto a nadie" (por el ruido de la tele por su sordera). Lamentablemente su hermana María sufrió estrangulación intestinal similar a la de su hermana Lía y quedó con bolsa en el estómago (iliostomía) por lo que aún con cáncer le ayudó en lo económico y especialmente emocional. 
     El 24 de Julio de 2019 a las 2:45am fallece en Cínica Antofagasta y su sobrino Juan Antón y cuñado Pedro tuvieron que ir a buscarlo porque se les dijo "no lo podemos tener más acá". Al vestirlo por última vez, su rostro miraba a lontananza ¡feliz!, como que vio algo maravilloso y dejó de sufrir las penurias que esta vida le deparó y que no merecía.......



Nota: si alguien desea agregar o corregir algo favor dejar en comentarios.

1 comentario:

  1. Tío nos haces mucha falta, tu sonrrisa diaria y tranquilidad se añoran, tus mil vivencias y sabiduría, tu fuerza y empuje, Dios te guarde y de dejusticia.

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