Pasa el tiempo inexorablemente y a veces nos olvidamos de las personas importantes en nuestra vida y en el barrio.
Se encontró una carta que le envió su prima Elina Galindo a nuestra vecina Gloria:
"Querida `rima y hermana Gloria, hoy 21 e Junio, Nuestro Dios te llevó a Su lado, ya tu sufrimiento era mucho y bastante tenías ya ante Él".
Mi dolor es muy grande, ya que debería haber estado cerca de ti y tus hermanos en estos momentos, pero ya ves, mi cuerpo no me lo permite por los achaques que he tenido últimamente. En cambio, mi espíritu ha estado junto a ti cada día. mis pensamientos volaban hacia ti y le pedía a Nuestro Señor que te diera fuerzas, que no sufrieras, que estuviera junto a ti en los momentos de más angustia; pero, por otro lado, sería muy egoísta de mi parte pedir porque siguieras junto a nosotros. Mi querida Glorita, ya habías entregado todo y ya a la vida, ¡qué sentido tenía el vivirla así, en tu condición!. Dios en su infinita bondad dijo: ¿ya basta de sufrimiento!. Ven junto a Mi al lugar que te tengo reservado.
También quiero darte las gracias por todas tus enseñanzas que con ejemplos claros, diste a mi vida. En primer lugar, tu gran amor a Dios, que nos llevó a varios de los que te rodeábamos, a amarlo también. Junto a ese amor, el que sentías por tu familia (mía también) y al que te entregaste en cuerpo y alma. Primero, a cuidar a tus papitos Jilberto y Matilde y luego, a tus hermanos más cercanos, Lía y Juan, para seguir con todos ts sobrinos, hijos de Juvenal y María. Todos ellos saben el inmenso cariño que les profesabas. Ese amor, se transmitió también en mi familia y amé a mis papitos casi como lo hicieron Uds. Digo casi, pues no m entregué al celibato como Uds. y que gracias a ellos, Uds. pudieron estar siempre cerca de sus seres queridos y cuidarlos amorosamente hasta el día que nos dejaron.
Si hay algo que siempre admiré en ti, fe tu valentía de decir la verdad sin tapujos y de frente. Hay que tener tu coraje pare tener esa actitud, aunque por lo general te traía dificultades con las personas involucradas y a veces con tus hermanos también. Cuando he tratad de seguir ese ejemplo tuyo (por lo general no lo hao), me acuerdo de ti y de cómo lo harías tú en ese instante, y lanzo mi verdad a la persona; pero te vuelvo a decir, es lo más difícil de seguir y hay que tener tu personalidad.
Por último, voy a hacerte una promesa: tu recuerdo siempre me seguirá y tu vivirás a través de ellos. Tu no vas a morir sino hasta el día en que yo también me vaya junto al Altísimo, pues no te voy a olvidar y seguirás en conversaciones que tendré con mis amigas o la familia. No te voy a permitir el Olvido. Te amé, te amo y siempre te amaré querida Glorita. GRACIAS por tu tremendo ejemplo."
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