Nunca se ha estimado pertinente por el legislador estimular el ser un buen vecino, al contrario siempre se destaca lo malo de nuestra sociedad y se impulsan mayores penalizaciones. La última legislación que "premia" a aquellos matrimonios que cumplan cincuenta años, o que se de un incentivo económico a aquellas madres por los hijos que hayan dado a luz ha sido una institucionalidad de reconocimiento pero no a la persona sino de una "situación", sin que medie el criterio moral de destacar entre sus pares al más laborioso y mejor persona.
Nuestro Estatuto Vecinal consagra la figura del vecino excelente, siendo una obligación estimularle reconociéndolo de entre sus pares, ya que lamentablemente nuestra idiosincracia se refiere casi sempre a la chimuchilla; esta institucionalidad es novedosa y no se tiene conocimiento que lo hagan las demás juntas de vecinos de Chile. Por lo anterior es que el socio, activo partícipe de su quehacer como ciudadano, impuloto en su morada y responsable en cumplir con la normativa vigente debe ser reconocido y se debe impulsar también una legislación tendiente a darle el lugar que le corresponde en la sociedad; verbigracia: que todo funcionario público de alto grado haya sido reconocido entre sus pares como vecino excelente para poder ostentar así un cargo como Senador ya que es una deleznable práctica el darle cargos a personas de confianza y no a quienes hayan demostrado desde siempre ser personas excelentes y profesionales a toda prueba.
En nuestra realidad de Villa Los Pimientos, hemos tratado que los niños y jóvenes den un poco de su tiempo a su vecindario y de manera gratuita, que no vengan sólo cuando necesiten algo, sino que vean que ellos puden mejorar su entorno aprovechando su tiempo libre y que sus familias concientes de esto los apoyen y estimulen (así sacamos a sus menores todos los domingos a jugar fútbol, pintar plazoleta, a catastrar a las mascotas del barrio, a dejar información a los socios, a entregar botones de pánico de alarmas comunitarias, entre variadas actividades que da fé este blog) para poder alcanzar la meta transversal de que nuestro vecindario sea un lugar cohecionado y con identidad. La tarea empieza de temprano y debe mantenerse en el tiempo; es así que nuestros grandes pobladores, vecinos y socios excelentes, deben de ser destacados y se debe dejar un testimonio de ello para la posteridad para que, principalmente sus familias sigan su senda; así estas personas que no buscan luminarias y grandilocuencias, sean eximias y provechosas para la sociedad y se multipliquen para dar vida a un nuevo Chile, un Chile de Excelencia.
En nuestra realidad de Villa Los Pimientos, hemos tratado que los niños y jóvenes den un poco de su tiempo a su vecindario y de manera gratuita, que no vengan sólo cuando necesiten algo, sino que vean que ellos puden mejorar su entorno aprovechando su tiempo libre y que sus familias concientes de esto los apoyen y estimulen (así sacamos a sus menores todos los domingos a jugar fútbol, pintar plazoleta, a catastrar a las mascotas del barrio, a dejar información a los socios, a entregar botones de pánico de alarmas comunitarias, entre variadas actividades que da fé este blog) para poder alcanzar la meta transversal de que nuestro vecindario sea un lugar cohecionado y con identidad. La tarea empieza de temprano y debe mantenerse en el tiempo; es así que nuestros grandes pobladores, vecinos y socios excelentes, deben de ser destacados y se debe dejar un testimonio de ello para la posteridad para que, principalmente sus familias sigan su senda; así estas personas que no buscan luminarias y grandilocuencias, sean eximias y provechosas para la sociedad y se multipliquen para dar vida a un nuevo Chile, un Chile de Excelencia.
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