lunes, 10 de diciembre de 2012

Crónica Diciembre: ¿Chile un país mediocre?

En el Siglo XX se acuñó la frase que los chilenos eran los "ingleses" de Latinoamérica, haciendo alusión a la flema y exquisitos gustos por lo tradicional. Posteriormente en la década de los ochenta se nos trató de los "jaguares" en materia económica; sin embargo un antiguo poblador de Calama dijo hace un tiempo en el diario "los chilenos partimos como caballo inglés y terminamos como el roto chileno" a propósito de una partida de ajedréz y por lo mismo a principios del Siglo XXI se ha hecho conocido el término "la raza es la mala", haciendo alusión al constante fracaso en las lides deportivas, culturales y educacionales en comparación a otros paises denominados desarrollados.
Un estudio de Cepal indicó que junto a Uruguay son los menos corruptos en América del Sur (no quiere decir que no exista corrupción, la hay en menor cantidad), sin embargo este estudio se hizo en instituciones del Estado y no llegó a las juntas de vecinos donde el campo de investigación jamás se ha tomado con seriedad por parte de las autoridades. ¿Qué pasaría si se hacen fiscalizaciones en las juntas de vecinos de Chile?. Por lo menos se podría ver que hay records de permanencia de presidentes en los cargos, que les han robado infinidad de cosas y que aún persisten problemas en inseguridad, falta de coheción y se confunde la actuación político-partidista en esos lares, sólo por nombrar algunos problemas
A su vez, aquellos que deben velar por el buen funcionamiento de estas insituciones como municipio, TER, SII, Subdere, DOS, como son insituciones políticas y no profesionales han dejado pasar a lo largo de los años infinidad de problemas basados en criterios electorales, verbigracia: tratándose de las sedes dadas en comodato no existe fiscalización de municipio para velar por el buen uso (no lucrativo) de los directorios y se llega así a que constantemete estas se deterioren, se pierdan los muebles y equipos eléctricos y para qué hablar de las canchas. No quiere decir que todas las juntas de vecinos actuen de igual modo, pero es un hecho que ninguna directiva autogestiona recursos suficientes para poder mejorar su infrestructura, por ello se malgastan los recursos públicos en reparaciones que debiran hacer aquellos que deterioraron la sede, recursos que perfectamente podrían darseles a aquellos barrios que no tienen sede para que se construya una.
Ningún profesional hasta hace un tiempo se interesaba en pertenecer a un directorio en su barrio (cosa que paulatinamente ha cambiado por el encomio de unos pioneros) y menos el simple poblador que ni tenía idea de qué pasaba en su barrio.
Villa Los Pimientos hogaño es un barrio apacible que logró recuperar su espíritu tradicional "de clase media", apartado de la delincuencia, con participación de su pobladores y ahora tecnologizado. Todos los días se pregunta si hay algún arriendo o venta de casas, los funcionarios fiscales se "pelean" las casas de destinación, se ven calles limpias, sin perros (salvas una que otra excepción), seguridad y una directiva que está al servicio del poblador con ideas innovadoras y que trata de dar a cada cual lo que le corresponde.
Se estima por estudios independientes que si cada chileno ocupara su tiempo y recursos en apoyo social se estaría logrando el tan anhelado desarrollo en menos de cincuenta años, pero como, lamentablemente, se malgasta el dinero en cigarros, enchular un auto (que luego termina chocado), yendo a viajes al extranjero dichos recursos se pierden (que van a aportar en cuotas para el barrio); a su vez si en vez de salir a protestar tirando piedras, haciendo barricadas, lastimando lo que pase por delante se propusieran mejorar una casa deteriorada de un vecino, apoyar al indigente, buscarle hogar a un perrito, etc. otro gallo cantaría.
Villa los Pimientos ha estado en la segunda senda, trabajando contra la corriente, encontrándose con infinidad de problemas que no han hecho mella ni cohartado el espíritu de mejorar aun a pesar de autoridades o funcionarios de paso o confianza, a pesar de los propios dirigentes de otras poblaciones que han tratado de menospreciar lo que se ha alcanzado que no lo hace ningún otro barrio en Calama y por ello no somos mediocres, sino pujantes, dignos y entusiastas.
Por lo descritpto es necesario que se salga de esta media de estar pidiendo y pidiendo recursos a las autoridades y las directivas trabajen verdaderamente (no una sola persona) para mejorar sus realidades; por ejemplo en estas fiestas de fin de año es un secreto a voces que distintas poblaciones piden a sindicatos, municipio, empresa privada, etc. pero ninguna rinde cuenta total de todo lo que se les dió, lo que de por sí se presta a que se los critique y tilde de mala gestión.
Estamos ad-portas ante el primer fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya ¿cómo cree que nos va a ir?. Esperemos que bien, pero si se sigue la tónica de estar mal preparados y elegir al abogado caro pero sin vocación, lo más seguro es que no ganemos dicho litigio y se tenga que resignar la sociedad chilena a perder nuevamente, costumbre que se ha hecho endémica y que llevada a los barrios hace de nuestra sociedad una de poca esperanza, donde los mejores en cada ramo no sean tomados en cuenta, sino que, al contrario, se privilegie el compadrazgo y la amistad, lo que en definitva hace de Chile un país lastimosamente mediocre.

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