Hace poco ha salido en la prensa local que 16 candidatos a concejales para Calama fueron rechazados por el TER ya que no cumplían con el requisito de ser “independientes”; se concluye que: o cometieron el error de presentarse desconociendo esto o bien no hubo error y lisa y llanamente esperaban este rechazo. Varios de estos candidatos (rechazados o no) son dirigentes vecinales activos, esto es, han pasado por el directorio de una junta de vecinos en el cargo especialmente de presidente. En su gran mayoría no son neófitos, salvas excepciones y llevan más de una década desempeñándose en su barrios o instituciones relacionadas; pero ¿es bueno que siendo militantes de un partido político, ahora queriendo aparecer como independientes, se postulen a un cargo público remunerado?.
Haciendo un parangón con los juegos olímpicos 2012 donde Chile no obtuvo ninguna medalla y los expertos indican que no hay realmente buenos exponentes de los deportes independientemente de la inversión que haga el gobierno de turno, se colige que lamentablemente si no hay una preparación multidisciplinaria y un real compromiso de la persona por alcanzar una meta esta no se cumple y quedamos en el camino y que hay que reconocer que hay otras personas que lo hacen mejor y están bien preparadas.
Nuestro país al igual que todo el mundo, tiene su idiosincrasia y lo negativo de esta es que no existe sana competitividad, verbigracia: la junta de vecinos de Villa Los Pimientos posee un blog donde se transparenta desde el uso de la sede, hasta los dineros de cuotas y subvenciones recibidas (solo llevamos tres años), además de tratar de colocar la mayor cantidad de información de los problemas del barrio y sus habitantes, incluso se han dado carné de socios y se lleva un registro computacional de todo, sin embargo las demás directivas de Calama en su mayoría y las autoridades si bien reconocen en parte nuestras virtudes están más preocupadas de no alabarnos sino más bien de desnaturalizar la labor hecha en poco tiempo y aparte de esto están empecinados en conseguir un puesto público de concejal para ver coronada una labor que no es precisamente digna de elogios y similar siquiera a lo que se hace en el barrio.
Es lamentable que una institucionalidad como las organizaciones territoriales cada período de elecciones desvíen su camino de apoyo a la comunidad para apoyar a un candidato, o peor aun presentándose ellos mismos como postulantes a cargos remunerados rompiendo la inmarcesible tradición de colaborar con el prójimo a cambio de la satisfacción de mejorar el mundo en que habitamos.
Si bien es una decisión personal el elegir participar a cargos públicos como el de concejal o alcalde, esta decisión debe tomarse porque la gente valora y reconoce un trabajado realizado, porque se tiene la experticia de haber mejorado la calidad de vida de un sector y no precisamente porque un partido político lo designa para participar pensando en un supuesto apoyo social o porque el candidato se obnubiló y se creyó el cuento “que lo hace mejor que nadie”.
Mezclar la política con los barrios no es una buena mixtura, no serán precisamente el habitante el beneficiado y eso se demuestra en los distintos gremios donde es el partido político que toma el control de la sede, de los recursos y decisiones gremiales y no debe ocurrir ello en las poblaciones de Calama.
Decida Ud. sobre esto y piense que cuando tomamos un camino distinto a lo que nos motiva perdemos el rumbo y terminamos haciendo mal la pega que nos corresponde…….
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